lunes, 14 de diciembre de 2015

Cambio

Como seres humanos tenemos en común algo, la muerte. Nadie se salva de morir, no importa la religión, nacionalidad, color o idioma; todos somos humanos y  tarde o temprano seremos un recuerdo o tal vez ni eso. Por ley todos moriremos, unos lo harán en 20 o 30 décadas más adelante de éste año; otros moriremos a mitad de camino, moriremos antes de llegar a la tercera década o bueno, ni siquiera llegaremos a la mitad de la segunda.

Pero la verdadera pregunta es: ¿qué es la muerte? Muchos la conocen como acabar con ésta vida llena de imperfecciones comunes pero llamativas, en su totalidad lo llaman “sufrimiento”. Sin embargo, otros la conocemos como “cambio”. Un cambio como el que pasa una oruga para luego transformarse y ser una hermosa mariposa que vuela libre por los cielos, sin importar su destino. Podría parecer tonto pensar de esa manera pero es la verdad. Morir es tan solo cambiar de plano, yendo a una dimensión donde no hay más dolor, donde no hay ninguna clase de sufrimiento infernal como el que podemos encontrar día a día en éste mundo.

Claro, nadie queremos dejar la vida donde queremos vivir muchas cosas como: amor. Todos queremos vivir un amor, unos lo quieren vivir como se vive en una historia de príncipe a caballo, rescatando a la princesa; muchas personas quieren encontrar a su príncipe azul sacado de un cuento pero no es necesario que tenga un traje azul, que sea rubio, alto y de buen cuerpo. Con tan solo veas su verdadero interior, basta y sobra para que se convierta en un príncipe azul. No hay necesidad de vivir una historia de amor para saber que es el amor.

Tampoco queremos dejar de vivir las “perversiones” que el mundo nos ofrece como el alcohol, fiestas, sexo y mucho más. Queremos seguir metidos en una dimensión donde esa clase de cosas hacen feliz a muchas personas pero al punto que quiero llegar es que no debemos ver la muerte como un final, debemos verla tan solo como un cambio. Un cambio que nos traerá grandes cosas. A veces la muerte nos ve a los ojos directamente, muchas personas y digo muchas porque me sucede también; cuando nos mira directamente, sin quitarnos los ojos de encima nos da pavor irnos y dejar cosas inconclusas, dejar a nuestras familias, dejar de hacer lo que amamos, dejar de ver a personas que queremos, dejar en éste mundo a nuestro príncipe azul. Esas son algunas cosas que tememos dejar pero he llegado a la conclusión que morir no es perder, morir es ganancia.


Viviendo con algo que podría alejarme de éste mundo de un momento para otro me ha enseñado que no debemos temer a lo que pueda venir, si nuestro destino es acabar nuestra propia historia anticipadamente tan solo debemos cambiar la perspectiva y sonreír. Intentar vivir lo poco o mucho que nos quedé con una sonrisa amplia, y llena de vida; con esperanza en que todo será mejor tarde o temprano. 

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