Hoy quiero hablarles de algo completamente desgarrador pero
probablemente la historia de amor más grande que se haya podido leer. Creo que
muchos (todos) hemos leído la majestuosa obra de John Green, Bajo La Misma
Estrella.
Hace no mucho (menos de una semana) comencé a leerla, hace
un par de horas acabe con eso. Leyendo cada línea, llorando cada lágrima,
riendo cada risa, y llegando a la conclusión que… nunca es tarde para vivir.
Con esa historia, todos aprendimos a amar un simple pero bendito «Okay».
Cuatro palabras que significan mucho en la historia de Hazel y Gus.
Muchos de nosotros, y digo nosotros, porque también he dicho
y pensando eso. Muchos que sufrimos de alguna enfermedad, que puede matarnos de
un día a otro nos hemos dicho el famoso «voy a morir», lo mencionamos siempre
que podemos, lo metemos en cada frase y en cada segundo de nuestra vida, lo decimos
cada vez que podemos. Eso nos lleva de la mano hacia la otra frase «nunca
seremos amados plenamente» pero leyendo la historia me he dado cuenta que nunca
es «demasiado tarde» para vivir, amar y ser amado plenamente.
Luego de leer he llegado a varias conclusiones, que están dichas en tres simples letras.
a) Morir no significa estar muriendo. Entendí que la lástima
que sentimos por nosotros mismos es un efecto colateral de estar muriendo.
Llegue a la conclusión que el efecto colateral de estar muriendo, no puede
gobernar nuestras vidas, porque aún no hemos muerto. Creo que muchos aún
tenemos mucho para dar. Una batalla cuerpo a cuerpo, una batalla a muerte,
dónde pelearemos contra la enfermedad que tengamos, ya que ella solo pide vivir
al igual que nosotros.
b) Hay una cita en el libro que todo mundo conocemos «Hay
infinitos más grandes que otros infinitos». Todos entendemos de diferente manera
esa cita y yo he llegado a la conclusión de… Hay personas que llegan a tu vida
de golpe, y esas mismas personas te dan tu pequeño infinito aunque así sea breve.
Te dan un universo lleno de infinitos recuerdos que nunca serán tan solo unos
recuerdos. Personas que un día te fueron desconocidas te regalan el más hermoso
infinito sin darse cuenta de lo maravilloso que te han dado.
c) El famoso y grandioso «C» es tan sencillo. Mientras hay
esperanza hay vida.
Esas tres pequeñas conclusiones he llegado a tener en mi
mente, claro, todos concluimos de diferentes maneras pero lo que he compartido
con ustedes, es la mía. No importa si es tarde o temprano, teniendo vida, hoy o
mañana llegará nuestro propio Augustus
Waters. NUNCA ES TARDE PARA VIVIR PLENAMENTE.