martes, 12 de enero de 2016

Un toque de realidad

Hoy quiero hablarles de algo completamente desgarrador pero probablemente la historia de amor más grande que se haya podido leer. Creo que muchos (todos) hemos leído la majestuosa obra de John Green, Bajo La Misma Estrella.

Hace no mucho (menos de una semana) comencé a leerla, hace un par de horas acabe con eso. Leyendo cada línea, llorando cada lágrima, riendo cada risa, y llegando a la conclusión que… nunca es tarde para vivir. Con esa historia, todos aprendimos a amar un simple pero bendito «Okay». Cuatro palabras que significan mucho en la historia de Hazel y Gus.

Muchos de nosotros, y digo nosotros, porque también he dicho y pensando eso. Muchos que sufrimos de alguna enfermedad, que puede matarnos de un día a otro nos hemos dicho el famoso «voy a morir», lo mencionamos siempre que podemos, lo metemos en cada frase y en cada segundo de nuestra vida, lo decimos cada vez que podemos. Eso nos lleva de la mano hacia la otra frase «nunca seremos amados plenamente» pero leyendo la historia me he dado cuenta que nunca es «demasiado tarde» para vivir, amar y ser amado plenamente.

Luego de leer he llegado a varias conclusiones, que están dichas en tres simples letras.

a) Morir no significa estar muriendo. Entendí que la lástima que sentimos por nosotros mismos es un efecto colateral de estar muriendo. Llegue a la conclusión que el efecto colateral de estar muriendo, no puede gobernar nuestras vidas, porque aún no hemos muerto. Creo que muchos aún tenemos mucho para dar. Una batalla cuerpo a cuerpo, una batalla a muerte, dónde pelearemos contra la enfermedad que tengamos, ya que ella solo pide vivir al igual que nosotros.
b) Hay una cita en el libro que todo mundo conocemos «Hay infinitos más grandes que otros infinitos». Todos entendemos de diferente manera esa cita y yo he llegado a la conclusión de… Hay personas que llegan a tu vida de golpe, y esas mismas personas te dan tu pequeño infinito aunque así sea breve. Te dan un universo lleno de infinitos recuerdos que nunca serán tan solo unos recuerdos. Personas que un día te fueron desconocidas te regalan el más hermoso infinito sin darse cuenta de lo maravilloso que te han dado.
c) El famoso y grandioso «C» es tan sencillo. Mientras hay esperanza hay vida.


Esas tres pequeñas conclusiones he llegado a tener en mi mente, claro, todos concluimos de diferentes maneras pero lo que he compartido con ustedes, es la mía. No importa si es tarde o temprano, teniendo vida, hoy o mañana llegará nuestro propio Augustus Waters. NUNCA ES TARDE PARA VIVIR PLENAMENTE. 

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